¡Mariátegui más vivo que nunca!

 Por: J. Miguel Vargas Rosas
  

    Anteriormente ya planteamos la vigencia del pensamiento de nuestro Amauta José Carlos Mariátegui, detallando datos actualiazados sobre la realidad peruana y lo aplicable de su pensamiento. Lo que haremos ahora es simplemente sintetizar. Hay que recalcar que todos los esfuerzos y la obra completa de nuestro Amauta, eran parte de un todo sistematizado que debía apuntar a la construcción de un nuevo orden social: el socialismo. Tal como él mismo lo dijera: «mi pensamiento y mi vida constituyen una sola cosa, un único proceso», y esa sola cosa y ese único proceso es la construcción del socialismo. También señala lo siguiente: «Tengo una declarada y enérgica ambición: la de concurrir a la creación del socialismo peruano». Aportó al socialismo en América Latina, construyendo su base. No fue culpa suya que luego emergieran oportunistas tales como Ravines y traicionaran su legado. Hacen falta pues más Mariáteguis para cambiar el país y sacarlo del lodo o las crisis a la que lo sometió doscientos años de explotación semicolonial. Sin embargo, hoy se niega este planteamiento importante de Mariátegui y nos lo quieren presentar como un simple intelectual de escritorio que estudió objetivamente la realidad peruana, un periodista que solo acumulaba datos, pero sabemos que él era partidario de aquella frase de Karl Marx: «Muchos filósofos han interpretado la realidad, pero de lo que se trata ahora es de transformarla». 

    Explicaremos someramente los cuatro puntos más importantes del pensamiento de Mariátegui. 

1. La caracterización de la sociedad peruana: Es muy frecuente coincidir con muchos que el Perú sigue conservando su estado de semicolonia, que históricamente atravesó por varias manos imperialistas; primero Inglaterra, después Estados Unidos y ahora se le suma, aunque en menor porcentaje, el socialimperialismo Chino. Es una característica planteada por Mariátegui que sigue vigente, pues este lo dice textualmente: «la condición económica de estas repúblicas (las latinoamericanas), es, sin duda, semicolonial y, a medida que crezca su capitalismo y, en consecuencia, la penetración imperialista, tiene que acentuarse este carácter de su economía», en la cual hallo una similitud con la teoría del Capitalismo Burocrático planteado por Mao Tse-tung. No obstante, el carácter de semifeudalismo que planteara Mariátegui, es el que crea discrepancias. ¿Sigue vigente esta característica?, respondemos concisamente que sí. Uno, porque Mariátegui plantea incluso que la forma de producción del campo es antiquísima, no es la forma de producción que se da en las sociedades netamente capitalistas y además vemos en la actualidad el surgimiento y el fortalecimiento de una clase de semifeudales que impulsa la misma gran burguesía peruana con apoyo del imperialismo: el neofeudalismo. 

2. El anti-imperialismo o la lucha anti-imperialista: El imperialismo en su afán de expandirse para atraer mayor riquezas a su burguesía, debe pues explotar de forma más intensa a los países subdesarrollados o del tercer mundo y por ende reduce o estanca el desarrollo de estos mismos; por lo tanto, para Mariátegui la lucha antiimperialista fue de vital importancia en los países de América Latina, pero esa lucha debía ser encabezada por la clase proletaria, en alianza con las demás clases trabajadoras (informales), campesinas, etc. con la idea de marchar rumbo al socialismo. No niega la posibilidad de una unión con la pequeña burguesía para esta lucha, pero también recalca que el Perú tiene ciertos aspectos psicológicos que debemos tener en cuenta y una de ellas es por ejemplo lo que él llama «pauperismo español» en la que esa pequeña burguesía se resiste a la proletarización debido a los prejuicios de decencia o la jugarreta que nos hicieron las clases dominantes al establecer la teoría de la raza inferior. Por eso es que hasta ahora muchos de la pequeña burguesía detestan al hombre del campo, lo ven como si fueran inhumanos y que «tienen lo que se merecen»; es decir, vivir en el abandono y en la pobreza, sin agua. O como cuando esa misma clase dominante hacía que el negro odie al indio. Todos esos aspectos se debe tener en cuenta, sin embargo la lucha contra el imperialismo es tarea principal como parte del camino hacia el socialismo. Esto lo dejó bien en claro cuando luchó contra el APRA y contra Haya de la Torre, que lo impulsó a lanzar enfáticamente su lema tan conocido: «somos anti-imperialistas porque somos marxistas, somos revolucionarios, porque oponemos al capitalismo el socialismo». 

3. El sistema educativo peruano: Mariátegui sostiene que es precisamente en este sector donde por alguna razón el espíritu virreinal supervive. Y en un debate encarnizado contra los señores intelectuales de la aristocracia de entonces como Deustua, Belaúnde y otros, va a plantear su crítica contra el modelo pedagógico memorístico, libresco y para nada científico. ¿Sigue vigente una educación memorística, libresca, anti científica? Por supuesto que sí. ¿A quién beneficia ese tipo de educación? Al imperialismo, porque con una educación así no se puede desarrollar industrias, no se puede evolucionar en ciencias, en botánica, en tecnología y por lo tanto seguimos siendo exportadores de materia prima y cuando surja una mente que se dedique de lleno a innovar, tiene dos caminos: renunciar a su esfuerzo o fugar hacia las potencias donde lógicamente terminan trabajando para el imperialismo. Los trabajos de investigación son casi nulos, en ciencia estamos en cero, el cambio del modelo pedagógico no se da y no se trata solo de aumentar el presupuesto al sector educación, sino también qué hacer con ese aumento presupuestal. Por lo tanto, necesitamos una educación científica, por la que lucharon en su momento los jóvenes de Córdova y cuyo movimiento se expandió por casi toda América Latina. 

4. El Feminismo: Para Mariátegui como para todo marxista convicto y confeso, la clase social es un aspecto predominante en todo tema. El Feminismo mismo tiene una posición de clase o tiene sus respectivos colores. Para el Amauta el feminismo original o natural es revolucionario, pero dentro del sistema y como instrumento de engañar o de torcer el rumbo revolucionario, se crean tres tipos de feminismo acorde a las clases sociales. El feminismo burgués, el pequeño burgués y al que llamaremos proletario o netamente revolucionario. Vemos una arremetida muy grande del feminismo pequeño burgués que se deja influenciar por el feminismo burgués y son los que precisamente acaparan los medios de comunicación y sirven incluso como mofa de dichos medios en pro del sistema, mientras tanto la lucha del feminismo proletario se desarrolla un poco en silencio pero se hace notar y esa se da en movilizaciones masivas de trabajadoras, junto a los obreros, campesinos, etc. Es lo que debemos saber diferenciar y deben saber diferenciar los intelectuales de vanguardia, las mujeres de vanguardia y deben entender que la única forma de una emancipación real y plena de la mujer se dará solo con el derrumbamiento del viejo Estado. Mariátegui expone como ejemplo el nuevo régimen proletario de la Unión Soviética. 

    Esto es pues parte del pensamiento de José Carlos Mariátegui, quien tenía el espíritu de una clase social, y como miembro de esa clase social, asumió una ideología — la marxista — y aplicó como método de estudio y de análisis el materialismo dialéctico e histórico. Y consecuente con su pensamiento hizo su práctica, fundó el Partido Socialista refutando la posición de la II internacional comunista y afiliándose a la III presidida por Lenin, para de esta forma establecer un sendero para el Partido Socialista que debía devenir en comunista. Sin embargo, el tiempo no le dio, su vida física se apagó a los 35 años de edad apenas y con ello se apagó uno de las mentes más brillantes emergidas en América Latina. Ahora, algunos se proclaman superadores de Mariátegui, pero ni siquiera entienden un ápice de su pensamiento, como por ejemplo el propio Aldo Mariátegui, quien en sus baños de autoestima elevada se cree el sepulturero de la obra del Amauta, cuando en su cerebro repleto de bazofia y ceniza no puede comprender ni defender siquiera el modelo liberal que él cree es el justo y el eterno modelo para los humanos. Mariátegui sigue vigente, más vigente que nunca, su nombre es utilizado por traidores o fariseos, pero es necesario y de suma urgencia retomar su ideario, reconstruir partido, los objetivos que él trazó para los sindicatos, los cuales deben constituirse en sindicatos clasistas.


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