La culpa no es solo de Castillo… (como replica al texto de J.P.B)
Escrito por Hakan Ninan
1. Alianza con el PCP-Patria Roja, cosa que es innegable para los que nos asomamos a ver la realidad objetiva detalladamente. Patria Roja, aparte de ser capitulador y traidor a los principios del marxismo-leninismo como a los de nuestro propio Amauta José Carlos Mariátegui, en los últimos años ha cumplido su papel de oportunista, vende huelgas, traidor de las luchas trabajadoras. Esta alianza no es pues únicamente de Castillo, sino de toda la organización llamada Perú Libre. Se nos dirá que era necesario que la izquierda se uniera. Si el caso era así, se debió llamar a los elementos conscientes de cada grupo que quisieran reivindicarse en los principios socialistas.
2. Para los que hemos realizado trabajo sindical y con los colectivos, es bien sabido que la alianza de PL con MOVADEF viene desde mucho antes de la primera vuelta. Ha sido el MOVADEF quien dirigía las reuniones en los conos de Lima, principalmente. Sabemos bien que el MOVADEF delató a verdaderos marxistas, ha servido al servicio de inteligencia y ha diluido organizaciones trabajadoras, ha vendido huelgas, sindicatos, ha corrompido organizaciones emergidas del seno del pueblo, con el afán de demostrar su servilismo al Estado opresor para ganar beneficios personales.
3. Luego vendría —y esto es lo que Juan Pablo critica apasionadamente y con mucho encono— la unión de Castillo con la izquierda caviar de Nuevo Perú y Juntos por el Perú. Esto no fue pues, a espaldas de Cerrón y su partido: tenía que ocurrir, porque para ser un partido de vanguardia, tal como quieren pintar ahora a PL, escaseaba de plan de gobierno, de equipo técnico, de cuadros desarrollados en el fragor de la lucha y no eran capaces de dar solución a este hueco inmenso que se habían autoinfligido. Por lo tanto, el horror que espanta a la izquierda aparentemente popular viene desde la directiva de Perú Libre y exculpar a Cerrón, es cegarse vanamente.
4. Las alianzas con el Partido Morado y hasta la posibilidad de vincularse con el autodenominado Partido Militarizado del VRAEM, es accionar de Cerrón (ver videos difundidos), es impulsado por este que deja especificado su deseo de ganar a como de lugar, sin importar con quién y por ende para qué. Considerar al grupo que opera en el VRAEM como marxista, es absurdo, porque sabemos bien la historia del PCP-SL desde los 80’s y en qué terminó ese grupo del VAREM, el servicio que prestó al SIN para dar con la captura de Feliciano y sus vínculos ya innegables con la mafia.
5. Pero, el error proviene de mucho antes incluso. Si exoneramos a Cerrón por considerarle marxista-leninista y que esa exoneración venga de un maoísta, porque creemos que Castillo está rompiendo con PL, es también errar y no aplicar a cabalidad el marxismo. Cerrón, Marxista-leninista, debió forjar cuadros, seleccionar a líderes que hayan emergido del fragor de la lucha del pueblo y no utilizar la imagen de campesino, rondero, profesor y olvidado de Castillo con fines inmediatistas. No debió pues colocar en la cabeza de PL si no había una fortaleza ideológica en Pedro Castillo. Eso lo desenmascara como oportunista, y le quita su nomenclatura de marxista.
Para concluir, es cierto lo que dice Ballhorn, cuando cita al presidente Mao Tse-tung: “[e]l pueblo, y sólo el pueblo, es la fuerza motriz que hace la historia mundial” y el error de Castillo y Perú Libre al mando de Vladimir Cerrón, es haberse alejado de las masas, no haberlas tenido en cuenta para armar su equipo técnico, su plan de gobierno, y haber utilizado —cual campaña publicitaria burguesa o de alguna marca— la imagen de Castillo y una vez con esto ofertarlo en los procesos electorales dirigidos por las reglas de la burguesía. El propio Castillo huyó del magisterio y su organización, no forjó cuadros ahí, se apartó violentamente sin hacer un trabajo adecuado para incluir a los maestros en el supuesto partido de vanguardia PL.
Felicitamos que el compañero Juan Pablo llegue a la siguiente conclusión, similar a lo planteado por Vanguardia Peruana en el momento adecuado: «Por ello recomiendo tomar con calma la victoria de Castillo, ver la cuestión desapasionadamente y confiar más en la lucha de las masas que en alguna candidatura», pero también le mostramos que parcializarse con Cerrón y PL es un gran error, por lo cual invocamos a la autocrítica y aprovechamos en hacer, nuevamente, un llamado a los verdaderos marxistas a sumarse a la reconstitución del partido y a retomar el ideario de Mariátegui, realizar trabajo de masas rumbo a la insurgencia popular, que es lo que compete en estos momentos de crisis neoliberal.
PD. Las imágenes fueron tomadas del texto del compañero J.P.B.
Texto completo de Juan Pablo Ballhorn
La descoordinación constante en la campaña de Perú Libre (PL) ha sido evidente, sin embargo, a estas alturas esos desajustes ya no representan únicamente un problema de comunicación, más bien manifiestan un problema político de fondo. Hace un par de días (si no me equivoco) salió un comunicado de Pedro Francke que me llamó mucho la atención, trataba acerca de las medidas que tomaría y que no tomaría el gobierno de Pedro Castillo. Como ya lo imaginaba, alguna declaración de las filas de PL no se haría esperar y fue la congresista electa Zaira Arias quien salió a deslindar. No es para menos, las declaraciones de Francke más parecen medidas del gobierno humalista o del programa de Nuevo Perú (NP), declaraciones que a cualquiera en la izquierda popular pondrían en sobresalto. Sin embargo, cabría preguntarnos bajo qué autoridad Francke emitió dicho "pronunciamiento" y creo que solo hay dos posibilidades: Pedro Francke se mandó por su parte o lo hizo bajo autorización de Castillo, yo pienso que fue lo último. ¿Qué significa esto? Como hemos venido comentándolo en algunos espacios, con la incorporación de “técnicos” de otras fuerzas políticas al equipo de Pedro Castillo, se ha estado expresando un paulatino alejamiento del candidato respecto a PL, algo que, por cierto, ha sido la consigna de la derecha desde la última semana de campaña de la primera vuelta. Este alejamiento es, al mismo tiempo, el acercamiento de Castillo hacia posturas distintas a las que pregona la propuesta original de PL y que ha movilizado a grandes sectores de la población. Tal como va, no hay indicios de que este proceso se vaya a revertir, todo lo contrario, la tendencia es hacia la ruptura.
Si Francke se ha pronunciado de esa manera con la aprobación de Pedro Castillo, quiere decir que para este momento la confianza del virtual presidente en esos técnicos foráneos se ha incrementado, mientras que la aminorada aparición de Cerrón en la campaña, que algunos interpretaban como una “medida táctica” suya, manifiesta la distancia efectiva que está tomando el candidato respecto al partido que lo promovió. Castillo ha brindado, en más de una ocasión, declaraciones desafortunadas contra Vladimir Cerrón (“no lo van a ver ni siquiera de portero en el Estado”, etc.), declaraciones que –a mi juicio- han sido innecesariamente desproporcionadas si se tratase únicamente de una “cuestión táctica”, ante lo cual Cerrón tampoco se ha mostrado pasivo, pues, en declaraciones que confirmarían esta tensión, ha puesto énfasis en su responsabilidad y jefatura sobre el partido. Estos hechos indican que este distanciamiento de Cerrón no sería únicamente “táctico”, sino expresión de un distanciamiento político real. Si la ruptura entre Castillo y PL llega concretarse, se habrá creado un Ollanta 2.0.
Lo que se libra entre los “técnicos” de Castillo y el partido PL es una lucha de clases, una lucha entre las clases que han integrado el frente electoral que buscan comandar el proceso, y parece que el sector “técnico” es el que viene ganando, sector que recoge a varias personalidades que han trabajo y simpatizan con gobiernos de la gran burguesía financiera peruana (incluso, varios afines a esta clase se pronunciaron a favor de Castillo en último minuto, como Vizcarra y algunos morados).
De imponerse el sector de los “técnicos”, entonces la victoria de Castillo habría servido básicamente de contención a una de las derechas más recalcitrantes, pero no estará en condiciones de impulsar y, mucho menos, garantizar las medidas más importantes que movilizaron al pueblo, como por ejemplo la convocatoria a una Asamblea Constituyente y la recuperación de nuestros recursos naturales. Pero, así como no podrá garantizar, al menos pienso que no será una oposición. En tal caso, como lo hemos dicho constantemente “[e]l pueblo, y sólo el pueblo, es la fuerza motriz que hace la historia mundial” (Mao), y va a depender por completo de la movilización popular la realización de tales objetivos.
Para concluir, la conversión de Castillo en un Ollanta es una cuestión que se estará definiendo en los próximos meses, a lo mucho en un año de su gobierno (es probable que menos). Un indicador para determinar esto, si no es la ruptura con PL, sería la voluntad política que manifieste durante sus primeros meses para convocar a una Asamblea Constituyente y avanzar hacia la nacionalización de los recursos estratégicos.
Por ello recomiendo tomar con calma la victoria de Castillo, ver la cuestión desapasionadamente y confiar más en la lucha de las masas que en alguna candidatura. En cuanto a las personalidades políticas, creo que más fe depositaria en la bancada de PL que en Pedro Castillo. Espero equivocarme y que Castillo sea una fuerza más que presione para la realización de estas medidas en favor del desarrollo de las luchas del pueblo.
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