De, ¿cómo derrotar al plan B de la derecha?

«Ya lo dijimos hace mucho tiempo. La derecha tiene un plan B si no gana Keiko Fujmori. Es cooptar a Pedro Castillo, expulsar a Vladimir Cerrón, adulterar la agenda de cambio de Perú Libre, meter a operadores derechistas aprovechándose de las fisuras organizativas en PL, desplazar a cuadros e ideas izquierdistas»

Dicen nuestros llamados “izquierdistas” electoreros, sabiendo que la derrota de Keiko es inminente. A lo que ellos llaman “derecha”, Lenin llamaba Burguesía y “revisionismo”. Lógicamente que las clases opresoras necesitan un grupete de “revisionistas”, quienes son los encargados de crear partidos de fachadas, escuelas privadas y públicas, círculos de estudios, cooperativas económicas, etc. En este grupete podría bien caber “Vladimir Cerrón”, pero nuestros amigos izquierdistas creen que este es “la cuarta espada del marxismo” y que sin él no es posible la revolución, cuando sabemos que al muy estilo de patria roja o de los partidarios del socialismo del S. XXI, pasaron a engrosar las filas del revisionismo, pues «el carácter inevitable del revisionismo está determinado por sus raíces de clase en la sociedad actual. El revisionismo es un fenómeno internacional». (V.I. Lenin. Marxismo y revisionismo) 

Es el mismo ideólogo de la revolución bolchevique quien nos alerta sobre los revisionistas de izquierda, que echan lodo a la concepción netamente revolucionaria de Marx, que devendrá en una mala práctica política, que lleve siempre a la ruina a las clases trabajadoras. 

 «Y ese "revisionismo de izquierda" que se perfila hoy en los países latinos como "sindicalismo revolucionario" se adapta también al marxismo "enmendándolo": Labriola en Italia, Lagardelle en Francia, apelan muy a menudo del Marx mal comprendido al Marx bien comprendido». (V.I. Lenin. Marxismo y revisionismo)

  

 En esta ocasión, los señores, autores del texto que analizamos, olvidan precisamente este punto del “revisionismo de izquierda”. Supongamos, para no extendernos demasiado, que Cerrón es un digno revolucionario. Veamos las alianzas forjadas en el proceso electoral y antes con el PCP-Patria Roja (este grupoide no es ni siquiera revisionista de izquierda, es revisionista de derecha) y lo saben bien las clases trabajadoras. La otra alianza realizada en su deseo desmedido por el poder, es con Nuevo Perú (Otro grupo de izquierda revisionista), con JP (Izquierda caviar) y con MOVADEF (Línea oportunista de derecha, que es lo mismo que el revisionismo de derecha). Pese a contar solo con estos cuadros obviamente oportunistas, los autores del texto se preocupan de que la «derecha», en vez de decir las clases opresoras o gran burguesía, se encarguen de «desplazar a cuadros e ideas izquierdistas». A esto, citaremos nuevamente a Lenin. 

«Es muy natural que la concepción del mundo pequeñoburguesa irrumpa una y otra vez en las filas de los grandes partidos obreros. Es muy natural que así suceda, y así sucederá siempre hasta llegar a la revolución proletaria, pues sería un profundo error pensar que es necesario que la mayoría de la población se proletarice "por completo" para que esa revolución sea posible. (…) todo ello lo experimentará en escala incomparablemente mayor la clase obrera cuando la revolución proletaria agudice todos los problemas en litigio, concentre todas las diferencias en los puntos que tienen la importancia más inmediata para determinar la conducta de las masas, y en el fragor del combate haga necesario separar los enemigos de los amigos, echar a los malos aliados para asestar golpes decisivos al enemigo». (V.I. Lenin. Marxismo y revisionismo)

Los de Perú Libre que, encabezados por Cerrón, creen que la hora de la revolución peruana está por llegar porque ellos ganarán las elecciones, no han sabido ni saben “en el fragor del combate separar enemigos de los amigos, echar a los malos aliados para asestar golpes decisivos al enemigo”. 

«¿Qué hacer? (se preguntan nuestros amigos, copiando el estilo de Lenin)

Pues lo primero que hay que hacer es RESISTIR y entender que este plan B es en estos momentos solamente un plan y hay intentos, pero no se ha consumado aún.

Lo peor que se puede hacer es caer en la resignación y pensar que ya no hay nada que hacer para atajar el intento de derechización».

    Creemos que la “derechización” ya triunfó sobre PL. Se nos pide “RESISTIR” en mayúsculas incluso. Resistir para que un partido que no es la vanguardia de los trabajadores se mantenga en el poder y sostenga la democracia burguesa, pese a que sabemos cuáles son sus amigos y/o alianzas políticas. ¿Qué pasaría entonces si se derechiza, aunque ya sabemos que lo está?, el pueblo tendrá la culpa por no RESISTIR y no fiscalizar. Siempre el pueblo tiene la culpa para los pequeño burgueses y revisionistas. Obvian nuestros amigos que el pueblo siempre ha estado resistiendo y ha luchado en las calles, independientemente de que sea un partido de izquierda o de derecha. Para poder justificar esto, nuestros autores del texto señalan lo siguiente: 

«Hoy Castillo puede escuchar y reunirse con cuanto personaje político exista, incluyendo a Miguel Del Castillo. Total, fue Del Castillo se anunció a sí mismo como líder del equipo técnico. No fue Pedro Castillo—quien no lo desmintió tampoco—. Lo que no puede hacer es no intentar la convocatoria a una Asamblea Constituyente que promulgue una nueva constitución. No puede llevar a cabo proyectos megaextractivos sin licencia social. No puede reprimir las protestas sociales.  No puede incumplir que el Gas de Camisea y el Litio de Puno sea renegociado, dentro de un nuevo enfoque económico».

    Así pues, hay que reunirnos con “todos”, hacer alianzas con “todos”, recibir el dinero de “todos”, el apoyo de “todos” y cuando se gobierne, según el texto, nos liberamos de “todos”. Eso no funciona así, para nada. Sientas las bases de una casa que es lo que hará resistir finalmente a toda la estructura; si esta base está mal hecha, la estructura toda se derrumbará para jamás reconstruirse sobre esa misma base. En política es igual. Lo que vemos es una publicidad y discursos oportunistas, con deseo vehemente de llegar al poder de forma improvisada, engañando a las masas. Parafraseando a Mao (Obras Escogidas) «Si tienes la línea política correcta, aunque no tengas nada más, lo conseguirás todo y si tienes la línea política incorrecta, perderás hasta lo poco que tengas»

    Nosotros seguiremos haciendo el llamado de Resistir, contra la gran burguesía, contra la nueva capa feudal o neofeudalismo, contra el imperialismo y contra los revisionistas de izquierda y de derecha, para emplazar hacia la insurgencia popular. Porque si la “derecha” como le llaman, tiene un plan B, suponemos que el plan A era hacer ganar a Keiko, también tienen el plan C, dar un golpe de Estado e imponerse por la violencia armada, pero el plan B de la que los autores nos hablan ya fue puesto en marcha desde hace buen tiempo y no es que “no se haya consumado aún”, es que ya se dio con reconocer a las elecciones como “democrático” a secas, utilizar el socialismo para participar en las elecciones (engañar de esa forma a las clases trabajadoras) y mal conceptualizar al señalar “somos izquierda socialista, mas no comunistas”, como si el comunismo fuera lo peor o como si los socialistas no apuntáramos como objetivo final, hacia el comunismo. Ya se consumó colocando a Patria Roja, MOVADEF, Nuevo Perú, JP, etc. 

    El pueblo también tiene su plan B, la insurgencia popular, que es-dado el contexto político actual- el único plan y todos sus movimientos, acciones (protestas, luchas, etc.) deben apuntar a fortalecer ese plan. 

¡Confiamos en que las clases trabajadoras despertarán!

Dirección Política de Vanguardia Peruana


TEXTO COMPLETO AL QUE HACEMOS REFERENCIA: 

¿Cómo derrotar al plan B de la derecha?

Ya lo dijimos hace mucho tiempo. La derecha tiene un plan B si no gana Keiko Fujmori. Es cooptar a Pedro Castillo, expulsar a Vladimir Cerrón, adulterar la agenda de cambio de Perú Libre, meter a operadores derechistas aprovechándose de las fisuras organizativas en PL, desplazar a cuadros e ideas izquierdistas. Hacerlo poco a poco, primero ablandando el programa de gobierno, dejar una agenda que gane la segunda vuelta, pero cuando se gane hacer una volteada total, a lo Humala, y, peor aún a lo Fujimori 1990.

¿Qué hacer?

Pues lo primero que hay que hacer es RESISTIR y entender que este plan B  es en estos momentos solamente un plan y hay intentos, pero no se ha consumado aún.

Lo peor que se puede hacer es caer en la resignación y pensar que ya no hay nada que hacer para atajar el intento de derechización.

No. 

Hay mucho qué hacer. Este plan fracasará si hay vigilancia y se insiste en la agenda de cambio. Fracasará si las bases de izquierda entienden que se necesita una amplia alianza pero siempre con un núcleo duro irrenunciable de cambios sociales. Fracasará si hay vigilancia sobre los intentos de continuismo. Son 30 años de neoliberalismo que han dejado inercia en las cabezas de mucha gente, incluso entre quienes hacer un cambio.

Por supuesto que la derecha intentará vender como hecho consumado que Pedro Castillo se ha volteado con el fin de desmoralizar y sobre todo desmovilizar a la gente que jamás se va a fajar por un Humala 2. 

Por supuesto que desespera la descoordinación en las filas propias cuando la oponente con todo el aparato fáctico está bombardeando mediáticamente con bombas de racimo.

Pero la realidad objetiva indica que no hay ninguna volteada consumada, pero sí que hay un intento que aún puede ser impedido. Y esa es la tarea. 

En todo proceso de cambio hay fuerzas que no quieren avanzar y otras que sí quieren. Y dentro de las que quieren hay las que quieren avanzar más rápido y otras más despacio. En el Chile de Allende hubo tal discusión, por supuesto. Y la hubo en TODOS los países de gobiernos izquierdistas. Ningún gobierno tuvo homogeneidad sobre lo que había que hacer.

La volteada de Humala no se vio del todo en plenas elecciones ni en sus primeros días de gobierno. Se vio meses después, cuando anunció que Conga iba y lo impuso con represión. La volteada de Fujimori se vio bien claro cuando su ministro de economía en 1990 anunció un shock, lo contrario a lo que había prometido. 

Que Castillo se reúna con partidos o personajes de derecha no señaliza volteada alguna. Es lo que hay que hacer en la coyuntura. 

Hoy Castillo puede escuchar y reunirse con cuanto personaje político exista, incluyendo a Miguel Del Castillo. Total, fue Del Castillo se anunció a sí mismo como líder del equipo técnico. No fue Pedro Castillo. Lo que no puede hacer es no intentar la convocatoria a una Asamblea Constituyente que promulgue una nueva constitución. No puede llevar a cabo proyectos megaextractivos sin licencia social. No puede reprimir las protestas sociales. No puede incumplir que el Gas de Camisea y el Litio de Puno sea renegociado, dentro de un nuevo enfoque económico.

En suma, Pedro Castillo y Perú Libre a pesar de las descoordinaciones y la indisimulable precariedad en su campaña, merecen un voto de CONFIANZA, pero por supuesto que no un cheque en blanco. Toca estar muy alertas a las micromovidas que se vienen intentan ejecutar por estos días.



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