¡POR LA VERDADERA EMANCIPACIÓN DE LA MUJER! ¡CONTRA EL SISTEMA NEOLIBERAL!

        Partimos de la siguiente tesis de Mariátegui: «El feminismo tiene, necesariamente, varios colores, diversas tendencias. Se puede distinguir en el feminismo tres tendencias fundamentales: feminismo burgués, feminismo pequeño-burgués y feminismo proletario». (1930, p. 138) y es que el feminismo burgués plantea la posibilidad de reformar la situación de la mujer bajo el sistema político-económico actual, afianzando así sus lineamientos con los de la clase conservadora, mientras que el feminismo proletario apunta a transformar el sistema. «Las mujeres, como los hombres, son reaccionarias, centristas o revolucionarias». (Mariátegui. 1930, p. 138). Para poner un ejemplo, basta citar el caso de la legalización del aborto que, conseguido en Argentina, incitó a muchas feministas burguesas a proclamar el «triunfo de una revolución feminista», obviando que dentro de este sistema la legalización del aborto poco o casi nada soluciona el problema de las mujeres obreras o desempleadas, quienes seguirán afrontando una mala atención en el sector salud y una sobreexplotación por parte de los patronos, quienes no permitirán el aborto y en caso lo permitieran lo harán a costa de sus salarios, de rebajarles la calidad de vida. Por lo tanto, no se puede hablar de una revolución feminista. Ese logro, beneficia en algunos aspectos a la mujer, pero sobre todo a las mujeres pertenecientes a las clases dominantes. Si bien es cierto, que el primer país en aprobar la legalización del aborto fue la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, esta se dio con una transformación en el sistema político-económico y educativo, lo cual implicaba una transformación total en la situación y el status de la mujer. 

       



      El feminismo puro es una ideología revolucionaria y es por eso que el feminismo que se alía con las clases conservadoras, carece de coherencia. Enseñanza plasmada por nuestro Amauta Mariátegui, porque dicho feminismo burgués «sostiene tácitamente la tesis absurda de que la sola reforma que la sociedad necesita es la reforma feminista. La protesta de estas feministas contra el orden viejo es demasiado exclusiva para ser válida». (1930, p. 139). No olvidemos que son mujeres las que, ostentando cargo de juezas o ministerios, han justificado hechos de machismo, han despreciado a mujeres de bajo recursos y se han hecho de la vista gorda frente a maltratos contra estas. Todo esto nos demuestra la educación machista del sistema que se imbuye indirectamente en la conciencia de ciertas mujeres y ciertos varones. Lo cual nos insta a proclamar que el feminismo tiene que marchar con la revolución de la clase trabajadora o no se logrará la emancipación real de la mujer. 

       Por otro lado, aparte de los cientos de mujeres que fueron despedidas arbitrariamente entre el 2019-2020 en Perú, persiste la diferencia salarial impuesta por la clase dominante, brecha salarial que consistía en un 31.8%, pues las mujeres percibían en el 2019 un sueldo aproximado de S/. 641.50 por las mismas horas laborales que los varones, a comparación del 2015 en el que aquellas ganaban S/. 1,129.9 y los varones S/. 1,768.4. A esto hay que sumarle la situación social deplorable en la que se encuentra sometida la mujer peruana trabajadora, quien padece más las embestidas de la falta de inversión en el sector salud. En el 2013, por ejemplo, por cada 100,000 nacidos, 89 madres fenecieron debido a la falta de una atención médica adecuada. 

      Es necesario profundizar en el estudio de la situación de la mujer y plantear claramente que nuestro feminismo es el feminismo revolucionario, que no corteja ni se alía con las clases conservadoras, que no piensa solo en la reforma feminista dentro del sistema, sino en destruir el viejo sistema para oponer el sistema socialista. El papel de la mujer en una revolución de esta índole es crucial e indispensable, por lo que debemos batallar junto a ellas por sus derechos y reivindicaciones que servirán como escuela y acciones previas a su emancipación plena, la cual se organizará y se concretizará como obra moldeada por sus propias manos e irá a la par con la emancipación de la clase trabajadora.  Tal como señalara Mao Tse-tung «Las mujeres sostienen la mitad del cielo en una mano, porque con la otra mano sostienen la mitad del mundo»

¡Viva el Día Internacional de la Mujer!

¡Por la verdadera emancipación de la mujer! ¡contra el sistema neoliberal!


Dirección Política de Vanguardia Peruana

Lima 07-03-2021

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