¡Las elecciones son una farsa para legitimar la opresión neoliberal!, ¡por una insurgencia popular!

    Las elecciones son un instrumento  y una triquiñuela de las clases dominantes para conservar el poder, aduciendo legitimidad al contar con los votos de la población, así estas elecciones sean el resultado de una trafa electoral o se le presente al pueblo solo opciones del continuismo político-económico. Por lo tanto, sobre el proceso electoral cada vez más irrisorio, sostenemos lo argumentado por Lenin: «Hay que advertir, además, que Engels, con la mayor precisión, llama también al sufragio universal instrumento de dominación de la burguesía» (Lenin. El Estado y la revolución, p. 37. FFE, 2009), en la cual se elige, como dijera Marx, a nuevos opresores del pueblo que dicen representar al mismo. Pero, la idea de que la democracia burguesa lo es todo y es eterno, está tan institucionalizada que se ha plantado en la conciencia de muchos, incluso en la de los autodenominados marxistas, que creen que el único camino es respetar el Estado y mejorarlo, negando así la premisa del marxismo que consiste en destruir el viejo Estado e implantar uno nuevo, el Estado Socialista. « Decidir una vez cada cierto número de años qué miembros de la clase dominante han de oprimir y aplastar al pueblo en el Parlamento: he aquí la verdadera esencia del parlamentarismo burgués, no sólo en las monarquías constitucionales parlamentarias, sino en las repúblicas más democráticas» (Lenin. El Estado y la revolución, p. 68. FFE, 2009). Es lo que actualmente sucede en el Perú, aunque la denominada izquierda peruana de hoy nos merece una especial atención y como verdaderos revolucionarios nos vemos en la necesidad de advertir a las clases trabajadoras sobre la falsedad tras las promesas de cambio social que realiza dicha izquierda.

Siguiendo los principios del maoísmo, podemos señalar que: «En primer lugar, el capitalismo internacional o imperialismo no permitirá que se establezca en nuestro país una sociedad capitalista de dictadura burguesa» (Mao Tse-tung. Obras Escogidas tomo II, p. 369. Pekín, 1971), debido a que dicho imperialismo se sostiene y progresa gracias a la opresión de los países del tecer mundo, a los cuales convierten y han convertido en sus semicolonias. Esto, no delata nada más que la crisis en el que se desenvuelven las potencias mundiales; tal es el caso del imperialismo norteamericano que agudiza sus ataques inhumanos contra Irán, Irak, Cuba, Perú y América Latina, como parte de su lucha contra los imperialismos chino y ruso. Una concepción sobre el imperialismo muy acorde con lo postulado por nuestro amauta Mariátegui, quien enfatizaba en su momento: «la condición económica de estas repúblicas (las latinoamericanas), es, sin duda, semicolonial y, a medida que crezca su capitalismo y, en consecuencia, la penetración imperialista, tiene que acentuarse este carácter de su economía» (Ideología y política, p. 87. Ed Amauta. Perú). Entonces, creer que alguno de los candidatos nos pueda devolver la independencia y el camino hacia la emancipación plena de las clases trabajadoras, es encerrarse en burbujas y lo explicaremos a continuación, en este texto, en el que haremos un repaso de los candidatos más voceados en estas elecciones del 2021, desenmascarando y mostrando su verdadera cara: servidores del sistema neoliberal que ha empobrecido al Perú y a América Latina. 

1. Lescano: maneja un discurso “Populista” pero representa el continuismo del modelo neoliberal y espera vender la patria al imperialismo norteamericano, por sus enlaces con el capitalismo chileno que es administrado y alimentado por inversionistas e inversiones yankees. No olvidar que su partido político tiene en su trayectoria la venta de la Brea y Pariñas que azuzó el golpe de Estado dirigido por Velasco Alvarado y obligó a Belaunde y PPK a fugar del país. Belaúnde retornó y asumió nuevamente la presidencia y derramó sangre inocente en la década de los 80´s. Asimismo, dejó preparado la crisis económica que profundizó el gobierno del APRA. 

2. López Aliaga: Es la voz de la gran burguesía peruana a quien beneficia los monopolios instaurados por el imperialismo. Con este se asegura la continuidad de la política y economía peruana, que empobrece a los trabajadores (la mayoría peruana) y enriquece a un puñado de grandes capitalistas con apoyo directo del imperialismo. Su espíritu conservador, fujimontesinista y peor aún, retrógrado, apunta a ayudar el desarrollo de esa “nueva” clase latifundista que opera en el campo peruano. 

3. Forsyth: No tiene la preparación adecuada y cuenta en su equipo con los mismos personajillos del fujimontesinismo, quienes lo manejarán como títere para continuar con la política tradicional que nos lleva a parangonar su posible gobierno con el de un posible gobierno de López Aliaga. 

4. Mendoza: El caso de Verónica Mendoza llama demasiado la atención, ya que muchos autocalificados marxistas la respaldan y otros intelectuales y trabajadores de buen corazón (confundidos y con ganas de mantener viva la esperanza) también. Cabe recalcar que la izquierda de Verónica Mendoza ha tenido demasiadas fallas para garantizar una transformación. Carente de un partido solidificado, se unió a uno fundado por el hoy presidiario por corrupción Yehude Simon, con quien no rompió relaciones y por donde pasaron figuras que hoy trabajan en el actual gobierno. El incitar a votar por PPK y luego aseverar que “prefiere a un Sagasti con sus errores que a Merino” —dichos “errores” de Sagasti fueron el asesinato y represión de trabajadores agroexportadores—, indican que su objetivo no es transformar la situación de la clase trabajadora ni mucho menos transformar el sistema, sino tratar de mejorar el Estado, tal como ya lo manifestó la socialista pequeña burguesa Sigrid Bazán. Por otro lado, habla de un Estado para el pueblo, tal como lo hacen los burgueses y lo hicieron los esclavistas. No habla de un Estado trabajador o en su defecto un Estado Popular. Sus discursos se asemejan a los de Lescano, cayendo así en un populismo antípoda del socialismo científico y ofrece dádivas, propinas, dinero, bonos, etc. Sin mostrar una planificación adecuada. Pero, supongamos que Mendoza sea mejor que Humala para cuyo partido militó, y supongamos que es una mujer de buen corazón y quisiera intentar transformar algún problema del país, digamos que quiera realizar la “reforma en la policía”, al instante esa policía y el ejército de quien no tiene respaldo, con apoyo de los imperialistas que se ven amenazados le darían un golpe de Estado. Hay que sumarle muchas otras fallas en sus propuestas y puntualizar que cuenta con intelectuales de la pequeña burguesía que osan afirmar que el APRA de antaño (todo porque ahora le dan el apoyo a Mendoza) era socialista, dejando de lado o subestimando el debate entre Mariátegui y Haya de la Torre y por ende la crítica del primero contra el partido del segundo.  

5. Urresti: Ha demostrado ser el menos preparado para defender la economía y política neoliberal de forma teórica. Se sumaría, debido a su ignorancia, al fascismo de estilo Bolsonaro, y su política, aunque trate de negarlo, colinda con el de López Aliaga. 

6. Pedro Castillo: Muchos se dejan llevar por la falta de apoyo que le da la prensa oficial y el respaldo, supuestamente in-crescendo, que recibe de la población. Sin embargo, Castillo inició su caída desde que se sumó a la lucha del MOVADEF, organización de la cual sabemos que solo busca beneficios oportunistas a costa del sacrificio de sus propios militantes y traiciona a verdaderos revolucionarios. Han renunciado desde hace mucho a batallar por la emancipación de las clases trabajadoras y, por el contrario, venden huelgas, traicionan y apuntan a derrumbar todo movimiento social. Castillo, además, carece de un partido propio, con cuadros preparados; motivo por el cual se se sumó a Perú Libre, fundado por Cerrón (hoy preso también por delitos de corrupción) y ha transado en su momento con los fujimoristas del congreso, por lo cual despertó la indignación de una gran mayoría de profesores agremiados que se vieron traicionados. 

Como vemos, pensar que estas elecciones nos dará un nuevo Perú, es engañarse y volverse a colocar la venda para cegarnos de manera mutua.  Por el contrario, los verdaderos marxistas debemos persistir en la postura de que solo la insurgencia popular hará que las clases trabajadoras asuman el poder y se empiece un verdadero proceso de transformación social. Aun cuando uno de los candidatos asuma la presidencia, observamos que será con menos de la mitad de la población electoral y el pueblo deberá y aprenderá de sus errores, tal como señaló Lenin. 

¡No a la farsa de las elecciones de los opresores!

¡El pueblo debe organizarse!

¡Por una insurgencia contra el modelo neoliberal!

Dirección Política de Vanguardia Peruana

Lima – 23/03/2021

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