Pequeñas reflexiones sobre las tareas de la juventud

Por: Alonzo del Castillo      

    En cualquier acontecimiento en el presente, siempre se debe desenterrar una reflexión histórica.

    En las últimas décadas el ciudadano se ha ido adaptando a los cambios sociales, de una manera pasiva, enajenada o intolerante, pero estuvo ahí participando indirectamente. Surgió así la muestra clave de la dialéctica en el pensamiento, y los jóvenes de estas últimas generaciones han tomado el papel principal. Además, se estima que en el Perú el 27 % de la población son jóvenes. Lima Metropolitana concentra la mayor población a nivel nacional de jóvenes entre 15 y 29 años de edad. 

    Asimismo, se han llevado a cabo diversas manifestaciones, marchas y protestas en los últimos 20 años, adaptándose a estos tiempos, evolucionando gradualmente y cada vez con mayor información. En esto último cabe resaltar que la ciudadanía tiene acceso a información de cualquier tiempo, lugar y espacio. Por eso mismo es importante analizar las conductas de la ciudadanía y el descontento social que se manifiestan como oposición a nuestros gobernantes que llevan la tutela de nuestro país en beneficio de las transnacionales y las élites capitalistas.

  

 Este problema merece  nuestra atención cuanto que, en cierto sentido, puede decirse que es precisamente a la juventud a quien incumbe la verdadera tarea de crear una sociedad que busque el bien común. Pues es evidente que esta generación pese a haber sido educada bajo el régimen capitalista puede, en el mejor de los casos, cumplir la tarea de destruir los cimientos del viejo modelo capitalista, basado en la explotación laboral y la carencia de recursos éticos del ser humano. La juventud podrá también llevar a cabo las tareas de organizar un régimen social que ayude a la población y a las clases trabajadoras a conquistar y conservar el Poder en sus manos y a crear una sólida base, sobre la que podrá edificar un nuevo modelo político-económico y desarrollar una nueva generación que empiece a trabajar en condiciones nuevas, con la visión de edificar una sociedad en la que no existan clases imperiosas que impongan sus intereses a como dé lugar.

    Pues bien, al tocar este punto de vista del problema de las tareas de la juventud, debo decir que las tareas de la juventud en general, podrían definirse en una sola frase: aprender y luchar y aprender de la lucha.


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